Digitalización del tercer sector
Partiendo de la idea de que la Covid-19 ha ocasionado la reinvención del sector económico y social a nivel mundial, muchas empresas y entidades sin fines de lucro hoy tienen por delante oportunidades y retos en igual medida, comenzando por un pilar inquebrantable: La transformación digital.
La razón principal de esta imperiosa necesidad por llevar a cabo la digitalización del tercer sector es el incremento de emergencias sociales; causado por millones de personas en todo el mundo que necesitan asistencia de entidades sin ánimo de lucro, pero cuyos fondos son incapaces de cubrir esta demanda por medios convencionales.
Según datos publicados en el diario El Economista, en cuestión de cifras España cuenta con al menos 30.000 asociaciones que ejercen un papel fundamental en el desarrollo del sector socioeconómico. Este, a su vez, sugiere una aportación del 1,51% al Producto Interno Bruto del país, tal como sucede con el sector de telecomunicaciones o metalurgia.
La suma de empleados y voluntarios que integran este sector es igual a 2 millones, los cuales se encargan de dar atención a más de 12 millones de personas en situación de riesgo, ya sea por exclusión social o pobreza extrema.
Todo esto coloca a las entidades del tercer sector en una posición comprometida, donde esa necesidad de reinvención se ha centrado en la digitalización de asociaciones, o digitalización de organizaciones, para ayudar a eliminar esa brecha digital que impide cubrir tanto la demanda de ayudas, como la responsabilidad corporativa de las empresas.
Esto quiere decir que, actualmente, es necesaria la implementación de nuevos proyectos tecnológicos dentro de dicha transformación digital, para ofrecer un servicio más audaz y cercano.
La responsabilidad corporativa como aditivo en la transformación del tercer sector.
Según informaciones transmitidas en la página de https://www.isdifoundation.org/, donde indican que el “perfil de donante ha cambiado radicalmente” tras la digitalización de la sociedad, hoy en día es posible recaudar fondos a partir de individuos como a partir de empresas, donde la mayoría de las donaciones provienen de medios electrónicos.
No obstante, todavía existe una brecha digital, producto del desconocimiento de las empresas y organizaciones sin fines de lucro respecto a la digitalización del tercer sector, que impide sacar el máximo potencial a estas herramientas de captación de fondos.
Hasta el 2020, el porcentaje de captación de fondos por estos canales de internet correspondía al 20%, cuyas donaciones iban dirigidas a causas diversas y, aunque los importes de cada una eran menores, también se daban en mayor medida y estaban dirigidos hacia una mayor cantidad de entidades.
Esta es la razón por la que urge llevar a cabo una digitalización de organizaciones; para que estas se mantengan cerca de donantes o socios potenciales y, por consiguiente, sean más accesibles para sus beneficiarios.
A su vez, esto permitirá contrarrestar la actual incertidumbre financiera, además de incentivar y aumentar la cantidad de ingresos por parte de donantes y empresas, que, hoy en día, no disponen de programas sociales efectivos que puedan erradicar la injusticia social.
En el ámbito de la responsabilidad corporativa, lidera también la necesidad de transformación digital. La sociedad ha modificado la manera en que esperan ver a las empresas; los usuarios buscan y prefieren a aquellas que “realmente tienen un propósito y que comparten valores con la sociedad”, tal como afirmó Enrique Porta, el socio responsable de Consumo y Distribución de la empresa KPMG, con sede en España, en la entrevista publicada en su misma página.
Lograr una digitalización de asociaciones supondría un aumento en el recurso económico de las mismas y, a su vez, superar el obstáculo que el tercer sector en España ha venido arrastrando desde finales de la década de los 2000.
La digitalización del tercer sector en retrospectiva
En 2008 España sufrió una crisis económica donde el tercer sector se vio afectado y que, hasta el día de hoy, sigue causando una disminución considerable de recursos económicos.
En cuestión de cifras, la crisis de dicho año produjo un descenso en la financiación de programas sociales que comenzó a verse hasta después del año 2010, donde la recaudación era de poco más del 15% al año. Todo esto iba de la mano con un aumento significativo de las necesidades sociales causadas por la crisis.
Hasta este año se ha hecho notoria la recuperación de tales cifras; sin embargo, las cifras de financiación económica siguen siendo bajas e, incluso, empresas como la PwC aseguran que no aumentarán, por lo menos, hasta el año 2022.
Por otra parte, otro de los problemas que han causado la escasez de recursos económicos en el tercer sector ha sido la falta de conocimientos, así como personas con experiencia, en el ámbito de la digitalización. Una vez que se hayan logrado traspasar estas barreras que imponen los avances de la tecnología, podrán implementarse con mayor facilidad soluciones económicas, además, con una inversión mucho menor.
Construcción de la digitalización para el futuro próspero del tercer sector
Sabiendo todos los beneficios que esta ofrece, uno de los objetivos que actualmente plantea la Asociación Española de Fundaciones es el de implantar y establecer la digitalización de organizaciones para que esto, a su vez, pueda repercutir positivamente en los siguientes aspectos:
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Crear nuevas relaciones entre el tercer sector y beneficiarios y/o donantes, ya sean individuos o corporaciones.
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Eliminar la brecha digital que existe actualmente en las fundaciones.
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Incentivar el talento de las diferentes entidades respecto a la transformación digital, buscando adaptar la cultura y las operaciones a una nueva normalidad.
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Encontrar ese valor añadido en cada acción, mientras es posible aprender y compartir a través de la digitalización de asociaciones.
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Organizar nuevas actividades de formación informativa acerca de la transformación digital a los diferentes sectores de asistencia social.
Para impulsar este tipo de acciones, la Asociación Española de Fundaciones creó, en el año 2019, la Comisión de Transformación Digital, que, hoy en día, se sigue preparando, creciendo y adaptándose a las diferentes tecnologías.
Aplicar este tipo de herramientas digitales puede facilitar, a mediano y largo plazo, las formas de comunicación entre donantes/beneficiarios para la captación de recursos a través de las diferentes plataformas.
Hoy en se pueden encontrar recursos bastante efectivos como el crowdfunding o las redes sociales, donde el proceso es mucho más económico, rápido y automatizado, y la oportunidad para convertir al tercer sector en una vía sustentable de brindar , con un modelo operativo consistente, donde sea posible brindar ayuda a quienes más lo necesitan.